SALAMANCA ( IV .. Y BASTA)

Con la garganta seca de tanto canturreo pero todavía con ganas de echar la penúltima, acabamos haciendo cola para entrar en Morgana, un garito subterráneo de luz tenue, música alta y un par de seguratas en la puerta diciendo no se que de demasiada gente dentro, no se que de solo estudiantes, no se que de gracias por este par de entraditas para ver a Sabina, pasad, pasad !

Lo primero que me chocó al entrar fue la cantidad de mujeres bonitas por metro cuadrado, aunque ya lo dice el famoso Teorema de Kamelas: "El atractivo de las mujeres es directamente proporcional a la cantidad de cubatas ingeridos, e inversamente proporcional a las horas que quedan para que amanezca ...”

Como soy incapaz de oír música y no ponerme a bailar, enseguida me eche a la pista a desgranar el repertorio de bailes chorrones, incluido el del cangrejo .. pero como el suelo no resbalaba lo suficiente y tenia la boca demasiado seca como para ponerme a escupir en el parket .. pronto acabamos sentados en la barra , con una cervecita fría y el radar conectado ...

Allí estaba en uno de mis momentos melancólicos, soñando con un bocata de calamares y una buena cama cuando una chavalita se sentó en el taburete de al lado.

- Me das un trago de tu cerveza ? , preguntó, gritándome al oído

- Si quieres te invito a una , respondí yo ..

- No, a mi en realidad lo que me gustaría es comerte esa boca .. pero es que no quiero parecer muy directa, ja, ja ..

Y como soy un hombre fácil y no se decir que no, se terminó lo que me quedaba de cerveza y empezó a comerme las caries con los ojos cerrados ...

Cuando la música acabó me dijo : Quieres venir a mi casa y te invito a desayunar ? Mi cabeza iba a decir que no, cuando mi estomago y mi entrepierna se adelantaron y me encontré sentado en la mesa de la cocina, con la servilleta puesta, mientras ella , vestida solo con un delantal me freía unos huevos con jamón y mucho, mucho chorizo .

Cuando acabamos de comer se quitó el delantal y sentándose encima mía me miró a los ojos. A punto estaba de empezar a mojar pan en sus caderas cuando el zumbido de mis oídos cesó, y pude escuchar claramente la voz de mi conciencia gritando : “ Pero si podrías ser su padre !!!”

Así que en el coche de vuelta a Pamplona, fieles a nuestra tradición, entonamos esa popular canción que dice “ Ya venimos sin joder de Salamanca ...... “