jueves, septiembre 06, 2007

CENICIENTA ( Parte II ) ............Por CHASKY

- Esto, mmmm, pues, mmmm, claro que sí – dijo el ladrón tras pensar que podría salir airoso de la situación sin necesidad de utilizar la espada láser que había mangado hace poco en una tienda de cómics.

- ¡Qué bien! ¡Qué bien! – gritaba Cenicienta henchida de alegría.

- Bueno horripile muchacha, ¿dime cuál es tu primer deseo?

- Pues me gustaría no ser tan feucha, es que me miro al espejo y me encuentro fatal, ¿podrías mejorar mi apariencia física?

- Eso está hecho, ¿conoces un sitio que se llama baño?

- Sí, claro, es donde mi señora Pantoja se lava la rata y su hijo Paquirrín se toca la colita con la ducha abierta para que nadie sepa lo que anda haciendo el muy pillín.

- Efectivamente, pues métete en la bañera, te das un buen repaso con agua y jabón por todo el cuerpo, sin olvidarte detrás de las orejas que seguro que hasta has criado patatas ahí. En segundo lugar te vas a quitar esas gafotas que te voy a operar esa miopía echando hostias.

En este momento, el ladrón, que por cierto se llamaba Vladimir y era de origen búlgaro, hizo uso de su sable de luz para enchufarla a la pobre Cenicienta en todos los ojos, piiiiiiiiiiiiiiiiii, piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, y en un momentín de nada la chavala dejó de ver chungo. Impresionada se quedó nuestra prota, ni por asomo pensaba que aquél hada madrina con varita gorda fuera tan buena, aunque ahora que veía mejor comenzó a percibir que más que un hada madrina parecía un hado madrino. Pero no era tiempo para pensar en eso, aún le quedaban dos deseos y debía aprovecharlos al máximo.

- De puta madre hada madrina, veo genial.

- Ahora a la ducha, que me parece a mí que tú eres un poco cochina y el agua te gusta poco, igual que me ocurre a mi cuando tengo una botella de vodka a mano.

- Vale.

Una vez se dio la ducha parecía otra persona pero sin dar tiempo a que Vladimir babeara ante lo que ahora tenía delante de sus ojos Cenicienta abrió el pico:

- Ahora voy a pedirte el segundo deseo. Este es un poco largo de explicar, mira, resulta que la Pantoja, o sea la que me paga unos míseros leuros iba esta noche a una fiestaca que organizaba un señor que está muy rico, se llama Julián y creo que se apellida Martínez, no, no, Muñoz, eso es, Julián Muñoz, pues me gustaría ir a esa fiestaca, ¿me entiende usté? Pero no puedo ir con estos harapos que tengo por ropa, que ahora que veo bien y estoy limpita tengo que ir con algo presentable, un vestido de Ágata Ruíz de la Prada por ejemplo.

- Mmmmmm, eso está hecho – dijo el búlgaro fijándose en unas cortinas verdes con estampados de mariposas rosas.

Vladimir descolgó las cortinas, hizo unos cortes por aquí y unos cortes por allá, juntó unos cachos con otros con unas grapillas y bualá un traje de lo más patético pero que nada tenía que envidiar a los de Ágata Ruíz de la Prada.

- Mira, ¿te gusta? – le dijo Vladimir a Cenicienta enseñándole la mierda que había fabricado en cinco minutos.

- Joder tronco, es perfecto, qué bonito y cuántos colores – dijo Ceni deslumbrada por el vestido.

- Y además si alguien te pregunta algo le dices que es de una diseñadora famosa, le he pegado un cacho de tela por detrás y he escrito Ágata Ruíz de la Prada así se creen que es uno de verdad, además tú dices que te ha costado un pastón y que es de la temporada verano-invierno de 2002 por ejemplo, seguro que cuela.

Se lo probó y le quedaba de puta pena pero no mucho peor que si fuera original, sin embargo Cenicienta estaba la mar de feliz con su vestidito nuevo.

- Bueno guapa, ahora ya te puedes ir de fiesta y dejarme tranquilo un ratito – dijo Vladimir intentando librarse de la muchacha para llevarse un buen botín de casa de la Pantoja.

- No, no, de eso nada que aún me queda un deseo – dijo Ceni que solo era un poco tontica para lo que quería.
- Venga, y rapidito que tengo mucho que hacer.

- ¿Y cómo voy a ir a donde se celebra la fiestaca? De algún modo tendré que ir, ¿no?, que está muy lejos para ir a pata.